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miércoles, 18 de mayo de 2011

Becas

Estaba preparando una nueva entrada cuando leo en la prensa nacional una información sobre política de becas universitarias que, presumiblemente, será aprobada próximamente en Consejo de Ministros.

En España el único criterio para acceder a una beca de estudio, residencia, material, transporte, manutención; tanto para Formación Profesional como Bachillerato o Universidad, es nivel de renta familiar, no méritos académicos ni combinación de ambos. A ello se llegó con la excusa de que el niño de familia rica tiene más oportunidades que el de escasos recursos económicos, y en parte no falta razón, pero en la situación actual estamos en el otro extremo del péndulo.

La cuestión surge cuando el cabeza de familia junto al resto de los miembros de la unidad conduce y viajan en coches de gama media-alta, veranean en lugares de clase media-alta, residen en zonas de clase media-alta, llevan un ritmo de vida medio-alto y su nivel de renta es bajo-bajísimo.

El retoño llega al bachillerato, el padre de familia solicita beca e independientemente de los méritos académicos del chaval, este recibe beca y ya puede acceder a otro tipo de ayudas pues muchas de éstas están asociadas al disfrute de beca, como por ejemplo estar becado para afianzarse en el aprendizaje de un segundo idioma en un país extranjero.

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El chavalote, ya mayor de edad, decide comenzar estudios universitarios y si ha disfrutado de beca en el bachillerato, pues automáticamente tiene una y sólo tiene que aprobar (un 5 sobre 10) el 80% de las asignaturas del primer curso. Así hasta que termina, pero no hay problema si una o varias asignaturas se le atragantan y se tiene que matricular de ellas en segunda, tercera o cuarta, tan sólo será penalizado levemente. Esto va a cambiar porque a partir de ahora pagará como el resto de estudiantes cuando se matricule por tercera o cuarta vez de la misma asignatura. Claro que el niñito finaliza los estudios universitarios y pide beca y se la vuelven a dar (esto es vox populi entre estudiantes y el timo sólo es posible el siguiente año de finalizar)

También cambiará otra cosa, que si aprueba más del 80% de las asignaturas en las que se ha matriculado se le recompensará con una mayor cuantía de la beca. Por fin se reconocen méritos académicos, pero como antes, sólo para los que disfrutan de beca.

En la otra punta estamos la clase media de asalariados, nuestros hijos jamás disfrutarán de una beca ni de ninguna otra ayuda, por muchos méritos académicos que posean. Y si suspenden alguna materia universitaria, aunque sólo sea una asignatura, pagaremos más. Sólo con carácter general si obtienen una matrícula de honor nos ahorraremos el precio de matrícula de una asignatura.

Como bien reconoce el Ministro de Educación, Ángel Gabilondo, la universidad pública se sostiene por todos los españoles, pero yo creo que unos la sostenemos más que otros y que este país lo sostenemos unos más que otros.

Por cierto, ayer un compañero me comentó que el botellón de la Complutense es nada comparado con el que tradicionalmente se viene haciendo desde hace muchos años en el campus de la Universidad Autónoma de Madrid y saben quién ha sido Sr. Rector Magnífico de la autónoma hasta hace 2 años?

Pues sí, el actual ministro de educación, Ángel Gabilondo que lleva 2 años en este cargo.

lunes, 2 de mayo de 2011

Complutense

La Universidad Complutense de Madrid cumplirá el próximo día 20 la friolera de 718 años. Sus orígenes son por obra del rey Sancho IV de Castilla. Ubicada inicialmente en Alcalá, se trasladó a Madrid en el reinado de Isabel II, en 1836. En la actualidad, el núcleo principal de la Complutense está en una zona de Madrid, Moncloa, en terrenos cedidos por el rey Alfonso XIII allá por 1927.

Lugar de referencia, también lo será por la desidia de sus autoridades, más preocupadas por otros asuntos que por lo que representa esta institución y su imagen de cara al exterior y hacia nuevos alumnos y docentes.


Viernes 29 de abril de 2011, 16 horas, un olor insoportable y una sola persona para limpiar todo aquello. Por cierto, las papeleras vacías.