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martes, 12 de febrero de 2013

Pisar Villuercas


El término suelo hace referencia al material poco compactado de la superficie terrestre; uno de los factores más importantes en el equilibrio global de la biosfera, recurso natural no renovable receptor de actividades humanas y responsable de la calidad del medio ambiente. Su importancia es tal que la vida en nuestro planeta depende del correcto funcionamiento del suelos, clave en el ciclo biogeoquímico de los elementos.

El suelo procede de rocas que, por transformaciones físicas, químicas y biológicas, y en función del relieve, clima y actividad biológica, a través del tiempo, derivan en materiales sobre los que se asientan desde los organismos más simples, virus, a los más evolucionados, el hombre, estableciéndose un hábitat de mutua interrelación e interconexión entre todos sus miembros. El suelo respira, asimila, constituye reservas de materia orgánica que lentamente reutiliza, degrada y pone de nuevo a disposición de las plantas, éstas a los herbívoros y éstos a los carnívoros para retornar de nuevo al suelo. No es sólo un medio de cultivo, también un complejo sistema de vida en equilibrio, algo vivo que da la vida a los organismos que lo pueblan.

Desde hace más de 650 millones de años están formándose los suelos de Villuercas. Del Precámbrico y Paleozoico datan las pizarras y cuarcitas. Del Mioceno las superficies de raña y recientemente, Holoceno, los materiales aluviales.


Vista desde la raña de Cañamero. Extremadura.
España
Crestas cuarcíticas. Villuercas. Extremadura.
España
Cambisol. Villuercas. Extremadura. España
En las sierras, a partir de pizarras y cuarcitas, se desarrollan Cambisol ácidos, ricos en materia orgánica y oscuros manteniendo una sucesión de bosques de encina, alcornoque, castaño y roble conforme se asciende. En las vertientes frías y húmedas, dan paso a Regosol e incluso Leptosol cuando la pendiente aumenta y la erosión es más patente. En las áreas más llanas se produce acumulación de arcilla apareciendo suelos ácidos y rojos, Acrisol, e incluso neutros y ligeramente alcalinos, Alisol y Luvisol respectivamente.
Crestas cuarcíticas. Villuercas. Extremadura.
España
Pedriza. Villuercas. Extremadura. España
Leptosol. Villuercas. Extremadura. España
La raña destaca al sur de Villuercas. Estas áreas periglaciares dan lugar a suelos pobres en materia orgánica, muy pedregosos, de ácidos a ligeramente alcalinos e intensos colores rojizos para en superficie ser ocre. Soportan cultivos de olivo y vid. Acrisol, Alisol y Luvisol son sus principales representantes.
Acrisol. Villuercas. Extremadura. España
Dehesa de Quercus ilex (encina). Villuercas.
Extremadura. España
Quercus suber (alcornoque). Villuercas.
Extremadura. España
Las formaciones aluviales, en las márgenes de los ríos y zonas de derrumbe de raña,  constituyen áreas de poca extensión en las que podemos encontrar Fluvisol y Regosol respectivamente. Los primeros son ligeramente alcalinos, escasos en materia orgánica y de tonalidades marrón, suelen destinarse a cultivo de hortícolas. El Regosol comparte características con los de formación raña, también en cuanto a uso, pero escaso espesor.


Quercus robur (roble). Villuercas. Extremadura.
España
Pteridium aquilinum (helecho). Villuercas.
Extremadura. España
Hoja de Sorbus torminalis (mostajo). Villuercas.
Extremadura. España
Como curiosidad, y de extrema fragilidad, se localiza una turbera de pequeña extensión. Son suelos muy oscuros y esponjosos, tremendamente ricos en materia orgánica y ácidos.

Cuando pisamos Villuercas y disfrutamos sus recursos naturales, debemos ser capaces de leer el papel de cada uno, interpretar y ser conscientes del equilibrio en que se encuentran, pues no somos dueños sino meros depositarios. Sin temor a exagerar, en gran medida el destino de Las Villuercas está estrechamente ligado al de sus suelos.