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viernes, 30 de septiembre de 2011

Conversiones

El evangelio según san Juan menciona al centurión, Longinos, que traspasó con su lanza el corazón de Jesucristo en la cruz. Con el tiempo este soldado se convirtió al cristianismo, pues se cuenta que al brotar la sangre de Jesucristo le cubrió el rostro y sanó de su escasa visión. Se refugió en Capadocia (actual Turquía) y fue martirizado. Proclamado santo, su festividad es el 15 de marzo, aunque en la actualidad no aparece en el calendario litúrgico, quizá porque se ha tomado como inspirador de ciertas sectas y agrupaciones un tanto exotéricas.

Sin embargo una impresionante estatua de este soldado (4,5 metros de altura), que apunta al altar, fue encargo del papa Urbano VIII al genial Bernini, autor a su vez de la plaza de san Pedro. La estatua en cuestión se sitúa en un lugar excepcional, la hornacina de uno de los pilares que sustentan los arcos de la base de la cúpula (137 metros de alto y 42 de diámetro), diseñada por Miguel Angel en 1547 y culminada por Della Porta en 1590. A los pies de la estatua se encuentra un relicario con un trozo de la lanza que utilizó.

San Longinos, Bernini (1631-38), Basílica de san Pedro. Vaticano
Conocía la historia, pero la luz que atravesaba la cúpula de san Pedro le iluminaba de especial manera que impresionaba, creo que pude recoger algo de la esencia de ese momento.

1 comentario:

  1. Cierto, Luis, probablemente esa estatua no sea otra cosa que luz, y captarla debió ser la finalidad que buscó su autor.
    Un abrazo

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