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viernes, 22 de noviembre de 2013

Qin Shi Huang

Xian es la ciudad de la historia de China. Allí estableció la capital el primer emperador, Qin Shi Huang (unos 230 años antes de Cristo). Entre sus hechos, además de unificar el país, erradicó la esclavitud, ordenó construir la Gran Muralla, unificó la escritura y la moneda. Pero también mandó quemar libros, muchos libros, y ejecutó cruelmente a todo aquél que no comulgaba con sus ideas.

Cabeza de arquero. Xian. China
Detalle del arquero. Xian. China
Construyó una réplica de sus palacios y ejército y los enterró cubriendo con un techo de caña y paja y encima tierra para disimular. Hoy día se trabaja en la restauración del ejército de terracota, pero no creo que se termine nunca. No se atreven a excavar su tumba pues se piensa que hay trampas mortales. Según las crónicas de la época el mausoleo se ubica en una colina artificial de más de 50 metros de altura que guarda toda clase de piedras preciosas, oro, plata, perlas, ríos de mercurio, vasijas, palacios y estancias a escala. Todo un mundo enterrado para disfrute del emperador en el más allá, al más puro estilo egipcio.

Primer hangar del mausoleo. Xian. China
Guerreros en el primer hangar. Xian. China
Lo expuesto, algunos guerreros, carros, animales, ocupa tres enormes hangares y es labor de chinos, nunca mejor dicho, el intentar reconstruir. Todo está roto, cual basurero de alfarería. Tan sólo aparecieron intactas dos o tres figuras y se calcula hay más de 15000.

Área de restauración de las figuras, primer hangar. Xian. China
Estado de las figuras en el segundo hangar. Xian. China
Estado de las figuras en el primer hangar. Xian. China
Tres emperadores conforman la dinastía Qin. A la muerte del último, Ying Ziying, el general Meng Tian saqueó la capital y el mausoleo. Cada guerrero de terracota, diferente, policromado, de tamaño real, portaba un arma: arco, ballesta, espada, carro, escudo. Meng Tian se apoderó de todas ellas menos de, al menos, una espada, que al descubrirse se comprobó que tras más de 2000 años seguía afilada y su composición no cuadra con los conocimientos siderúrgicos de la época, o al menos con los que pensamos deberían saber. Después prendió fuego y al caer el techo sobre las figuras de barro pues imaginaros qué pasó y si a esto añadimos el paso del tiempo en materiales blandos, como es la arcilla, pues eso que pasarán muchísimos años antes de ver terminada la obra de reconstrucción.


Guerreros en el segundo hangar. Xian. China
Merece la pena un viaje tan largo para ver esta maravilla, además de las que encierra la capital, Xi’an.



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